Si bien el dióxido de carbono es el gas de efecto invernadero más conocido, y es el que más contribuye al calentamiento global, hay otros que también causan un impacto significativo en el clima, como el metano. Incorporar la reducción de emisiones de este gas es clave para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1.5°, y aquí explicaremos las razones.
La COP26 de 2021 vio la creación del Compromiso Global del Metano (Global Methane Pledge), iniciativa que se ratificó en la COP27 de 2022 con el liderazgo de países como Chile. Este esfuerzo busca promover la innovación para que a nivel mundial se reduzcan las emisiones de metano en un 30% para el año 2030, respecto a los niveles registrados en 2020.
112 países ya se comprometieron a esto.
El peligro de continuar con las emisiones de metano radica, primero, en que este es uno de los gases que más retiene el calor en la atmósfera de nuestro planeta. Aunque este gas se descompone más rápido que otros en la atmósfera, atrapa el calor con mayor facilidad y puede tener un impacto 28 veces mayor que el dióxido de carbono en el corto plazo.
Se estima que el metano es el responsable de alrededor del 16% del calentamiento global en la actualidad, por lo que no se debe desconocer la necesidad de reducir sus emisiones para evitar que la temperatura global continúe aumentando, causando alteraciones en nuestros ecosistemas y eventos climáticos extremos.
¿Quiénes son los principales responsables de enviar metano a la atmósfera?
Las emisiones de gas metano hacia nuestra atmósfera se originan principalmente por actividades económicas e industriales, por las que los sectores económicos y las empresas tienen una gran responsabilidad para reducirlas. La mayor cantidad de emisiones vienen de la producción de petróleo y gas, la agricultura, la gestión de residuos y deshechos y la minería de carbón.
De las anteriores, las actividades que más provocan emisiones de metano son la producción de petróleo y gas, en especial cuando se realiza en una escala industrial. A estas emisiones se les deben sumar las que suceden con las fugas que ocurren en los sistemas de producción de los materiales, con su transporte y distribución.
La agricultura, por su parte, es responsable de la emisión de metano debido a la fermentación entérica de los animales y la gestión de sus deshechos. En la gestión de la basura, las emisiones de metano se producen cuando los residuos orgánicos se descomponen en vertederos y se emiten gases de fermentación. La correcta disposición de residuos y el reciclaje son de gran ayuda aquí.
Por su parte, en el tema de la minería, las emisiones de metano suceden durante la extracción de carbón, pues lo métodos que se usan en las explotaciones mineras requieren que se libere metano a la atmósfera, y en ocasiones esto sucede sin ningún tipo de regulación o supervisión.
Las razones para reducir las emisiones de metano
El Compromiso Global del Metano resaltó la necesidad de saber que el dióxido de carbono no es el único gas que está colaborando con el calentamiento global en nuestro planeta. Si bien los esfuerzos de los países deben centrarse en el dióxido de carbono, robustecer los esfuerzos para reducir las emisiones de metano puede tener una serie de beneficios para nuestro planeta:
1. Ayuda a combatir el calentamiento global
La única manera de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1.5° es tener en cuenta todas las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero. El impacto de reducir las emisiones de metano se puede traducir en un gran respiro para nuestra atmósfera, que no tendrá en ella un gas que la mantiene en constante aumento de temperatura.
Si se implementan medidas efectivas para reducir las emisiones de metano, se puede lograr una reducción significativa en el calentamiento global a corto plazo. Además, al sumar los esfuerzos de reducir las emisiones de metano con los de reducir las de dióxido de carbono, permitiremos que la atmósfera se comience a regular por sí sola.
2. Mejora la calidad del aire
Las emisiones de metano a menudo van acompañadas de otros contaminantes atmosféricos que pueden ser perjudiciales para la salud humana, como partículas finas y óxidos de nitrógeno. Por esta razón, reducir las emisiones de metano también reduciría la contaminación del aire, y la calidad del aire mejoraría tanto en áreas urbanas como rurales.
3. Se ahorra energía
La reducción de las emisiones de metano puede ser una forma incluso rentable de ahorrar energía y reducir los costos operativos. Muchas emisiones de metano provienen de fugas en sistemas de transporte y distribución de gas natural y petróleo, que pueden ser costosas y peligrosas. La contención de estas fugas no solo reduciría el metano en la atmósfera, sino que también ahorraría dinero.
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