En un planeta cada vez más globalizado y con más personas moviéndose, integrar a las personas migrantes en sus nuevas comunidades representa una gran necesidad para los gobiernos locales. La última medición de Naciones Unidas apunta a que por lo menos 272 millones de personas residen en un país distinto al que nacieron.
Con un número tan grande de personas migrantes en el mundo, se abren las posibilidades de integración, mezcla entre culturas y diversificación, como ha sucedido en toda la historia humana. No obstante, las migraciones también dan cabida a casos de discriminación y xenofobia, choques culturales e incluso racismo. Ciertas formas de pensamiento se inclinan hacia que una persona externa es una amenaza.
Es por esta razón que los gobiernos locales tienen un rol crucial a la hora de integrar a las personas migrantes. Su entendimiento, conocimiento y poder de decisión en contextos locales les da la posibilidad de abordar esta situación de manera directa, de co-crear normativas y leyes que beneficien a las personas migrantes y promover la inclusión en sus comunidades.
A continuación, exploramos algunos desafíos y posibles soluciones que recogimos con información del Portal de Datos sobre Migración y nuestro proyecto Hola América, enfocado en comunidades migrantes.
Además, aprovechamos para invitarte a conocer nuestro mapeo de innovaciones sociales sobre el ecosistema de migración y refugio en América Latina.
Choque cultural y dificultades de empleo
El choque cultural ocurre cuando una persona o grupo de personas se incorporan a una dinámica de vida ajena a todo lo que conocen, por lo que se les puede dificultar incorporar las normas y paradigmas del lugar, o desconocer los códigos culturales y por ende, no saber cómo acceder a oportunidades laborales y educativas óptimas.
Sobre esto se puede trabajar para ayudar a las personas migrantes a adaptarse a la vida en la comunidad local, más allá de solo darles la bienvenida en el lugar de acogida. Aquí puede funcionar la creación de programas de orientación cultural que informen sobre la cultura local, la historia y las costumbres. Estas iniciativas también pueden ayudar a fortalecer el respeto y la sana convivencia.
Los gobiernos locales también pueden promover bancos laborales, con oportunidades que prioricen a las personas migrantes y que generen incentivos para las empresas que decidan contratarlas.
Xenofobia y prejuicios
La discriminación y los prejuicios también pueden dificultar la integración de los migrantes. A veces las narrativas sobre migración se enfocan en problemas y dificultades, y rara vez en qué hay detrás de las historias de los migrantes y de las bondades sobre la diversidad y la pluralidad de culturas.
Para responder a esto, los gobiernos locales pueden promover la diversidad y la inclusión, sensibilizando con campañas a la población. Pueden abordar los problemas que enfrentan los migrantes, sus historias de origen y las causas por las que se han movido, que en muchas ocasiones incluyen situaciones de desplazamiento forzado por temas sociales o ambientales.
De la misma manera, los gobiernos locales pueden tomar iniciativas para que en colegios y universidades se enseñe sobre migración y diversidad, para fomentar la tolerancia y el respeto desde las edades más tempranas. Esto también puede ayudar a que niños y niñas migrantes se integren con más facilidad y puedan obtener mejores oportunidades de educación.
Acceso a servicios básicos
Al llegar a un nuevo lugar de acogida, las personas migrantes se pueden ver con dificultades para cubrir algunas de sus necesidades básicas como salud, vivienda y alimentación. Como muchas viajan con urgencia y buscando un lugar para asentarse con rapidez, no llegan preparadas para acceder a ciertos servicios.
Sobre esto, los gobiernos locales pueden realizar adecuaciones en el sistema de salud para que se pueda atender a las personas migrantes sin ninguna dificultad, o establecimientos exclusivos para esta población. Así mismo, establecer albergues con condiciones favorables y personal capacitado para atender a migrantes, en especial aquellos y aquellas en situaciones precarias.
Problemas de comunicación
Una de las principales barreras que enfrentan algunas personas migrantes es la falta de conocimiento del idioma del país de acogida, lo que se traduce en problemas de comunicación. También, que a menudo las comunidades se encierran en círculos pequeños, que les impiden su integración con el resto de la sociedad del lugar al que llegan.
Frente a esto, los gobiernos locales pueden implementar programas de educación lingüística para ayudar a los recién llegados a aprender el idioma local, y así mejorar su capacidad para comunicarse y acceder a los servicios locales. También pueden implementar esto desde la otra orilla: fomentar que la comunidad local aprenda otros idiomas para promover la inclusión y disminuir las brechas del lenguaje.
De la misma manera, las autoridades locales pueden trabajar en mejorar la conexión entre personas migrantes y la comunidad local mediante la creación de espacios comunitarios. En ellos, los migrantes pueden interactuar con las personas locales e iniciar procesos sociales conjuntos.
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