Otro estudiante que opinó sobre los sistemas de alimentación resilientes fue Julián Bermeo, del colegio Delia Zapata de Bogotá: “Con esta experiencia todo el colegio puede aprender y reflexionar sobre las cosas que estamos haciendo o no en relación con una alimentación sana y el cuidado del medio ambiente. También podemos sensibilizar sobre el cuidado del agua”. 

Para que los cambios sistémicos comiencen a suceder y no paren, es necesario que quienes los ejecuten tengan una orientación hacia el futuro. Esa orientación la pudimos percibir en los estudiantes que han participado en el espacio de co-creación de Como con Eco. 

“Me interesa participar en un proyecto ambiental porque pienso que puedo hacer  algo más para esta sociedad, no solo como persona sino ayudando al medio ambiente. Debemos saber de dónde vienen los alimentos, quién los cultiva y de qué manera. Esto lo debemos conocer para nuestro propio bien”, apuntó Carlos Barbosa, del Colegio Kimy Pernía. 

“Es importante saber de dónde vienen los alimentos porque es lo que ingerimos día a día, y si no tenemos idea de lo que estamos comiendo no sabemos lo que estamos haciendo por nuestro cuerpo. Es importante hacer estos proyectos porque incita a los jóvenes a que tomen liderazgo para que hagan cosas muy importantes”, comentó nos dijo Jaren Sofía Rodríguez.

Las necesidades de nuestro planeta son las necesidades de nuestro futuro como especie, y la alimentación sana y coherente es protagonista en cualquier escenario alentador de este futuro. El hecho de que puedan haber estudiantes al frente de propuestas nuevas de sistemas de alimentación nos ofrece una visión optimista.